A la sombra se te enfria la nariz

Humahuaca

Naty pronostico esa mañana: Pato si hoy no te bañas vas a tener un gato en la cabeza... Cuanta razon.

A falta de ventas...

Después de tres días en Humahuaca, lindas vistas, mucha feria, poca venta, ricas y baratas paltas, algún trueque con artesanas buena onda, mas de un lomito completo, poca ducha, un burako y aunque usted no lo crea sin una sola comida a arroz, marcamos el norte en la brújula y hacia allí partimos.

Si en una cacerola metemos un camino de ripio en mal estado con piedras del tamaño de una pelota de futbol en ocasiones, camino sinuoso en abundante cantidad, solo faltaría agregarle un paisaje hermoso con montañas que cambian de colores y de formas para tener la receta exacta de lo que es el camino a Iruya.

Una vez en el pueblo, encajado caprichosamente entre inmensos paredones de piedra a 2800 msnm y calles adoquinadas en pendientes tan pronunciadas como pintorescas, todo a nuestro alrededor es fantasía.

Niños jugando por doquier y mas niños van y vienen solos por las calles gobernando el pueblo. De esta manera también podríamos explicar la escasa altura que tienen los marcos golpeacabezas de las puertas de las casas.

En la recorrida a pie por el pueblo conocimos a tres rosarinas, volvimos a encontrar a Cristian que cruzamos en Humahuaca y conocimos a Marisa. Al caer la fría noche nos acobijamos en donde se hospedaban e hicimos arroz, cervecita, charlas escatológicas, demases y a la cama.

Parece raro, la plaza esta vacia, casi el unico minuto que estuvo asi. Solo vimos niños inventar juegos maravillosos todo el tiempo que ahi estuvimos. Poray se fueron a buscar un tesoro a algun barco perdido.

Al día siguiente luego de mas de tres pedregosas y soleadas horas de caminata bordeando un rio de montaña llegamos a San Isidro, el cual lejos de darnos una bienvenida nos esperaba con una escalera de aproximadamente 354 mil escalones. Un lugar donde el reloj del tiempo parece haber quedado sin arena y en ese instante el pueblo paralizado. Recién hace 5 meses llego la luz eléctrica.

En abundancia de tranquilidad la que denotan todos sus habitantes y ausencia de tecnología, la naturaleza se hace escuchar en un torrente de agua incesante que corre por el arroyo buscando incansablemente ninguna parte.

Con 15 pesos en el bolsillo casi resignados a emprender la vuelta, aparecieron los compañeros de viaje siempre oportunos para traer tranquilidad a las cansadas piernas y asegurarnos un cálido lugar donde dormir. Gracias a la Generosidad de Marisa y Cristian con quienes partimos desde Iruya y Federico que se suma a fin del camino pasamos la noche en el hospedaje de Teresa quien nos atendió como a uno más de la familia preparándonos milas con arroz. Junto con sus hijos disfrutamos de una película (ratatouille) en la recién llegada al pueblo: la televisión.

El grupo caminante: Federico, Cristian, Marisa, Pato y Naty

Por suerte a la mañana siguiente el camino se porto mejor con los viajeros fuera de estado, ya que la caminata de regreso a Iruya fue casi todo en bajada y en apenas dos horas estuvimos en la plaza donde nos esperaba la chancha, hogar dulce hogar .

Se pierde el camino que nos lleva a la ruta 9 para emprender camino al ultimo lugar de la Argentina que pisamos: La Quiaca.

Ansiosos, locos, contentos nos falta poco para pisar un pais que anhelamos conocer hace mucho, como tantos otros. Se esconden mitos, leyendas, historias y tantas cosas detras de la tierra boliviana y solo queremos descrubrirlas.

Amigos ya estamos, empujen la chancha un poquito mas con toda esa buena energia que estamos pisando la frontera !!!!

Besos fronterizos para todos !!!!!!!!!!