Mientras escribo se escucha el pan duro que una señora del hostal raya sin parar, chkchkchkchkchk…
A las 8:30 arriba!, frio, las canillas no abren, el agua esta congelada.. Al motor le costo pero arranco. Desayunamos en la ruta. Llevamos a un flaco buena onda que labura en Uyuni y venia de otro pueblo del funeral de un amigo que murió en la mina. Camino de 3 hs: Mucho serruchito. Preguntamos por hospedajes, ya que nos recomendaron no dormir en la calle con el portaequipaje cargado como lo teníamos, hasta que vimos una señora con una escalera en la mano que nos hablo de su hotel, fuimos y allí nos quedamos. Ahora allí: léase allí no ayi.Se hace tarde y después de un té a pasear e intentar vender algo, con la nueva misión de vender las artesanías al mismo valor que en argentina pero en bolivianos. Estacionamos en una callecita que da a una plaza. Y ahí el banner en la camio. Mucha gente se acerca sorprendida por el tamaño del mapa y el viaje. En un rato vendemos una hebilla. Se acerca un señor y una señora que nos piden por favor que nos vallamos y que no podíamos vender ahí, dicen que los manda su jefe que está en la alcaldía. Les pido que me lleven con su jefe para hablar y contarle de nuestro viaje. Entro a la oficina, el jefe no me mira aunque tiene que levantar la cabeza cuando me presento y le doy la mano. Durante aproximadamente 7 minutos no paro de hablar. Casi no respiro. En cuanto pongo una coma el me dice que en frente de la alcaldía no se puede vender, que vallamos a otro lugar, y le digo : -Pero ahí no pasa nadie-. Le pido una hora más y le explico que vendemos para poder visitar Uyuni. Ya después de haber repetido largo rato que no y que no insistentemente, al ver que no me movía explicándole reiterativamente mis motivos, desiste y nos deja vender en el mismo lugar solo por ese día. Al salir me fui con el mismo señor que me había llevado hasta la oficina, los dos reímos contentos mostrando todas las encías y nos dimos un par de palmadas victoriosas. Mientras Pato hacia que guardaba las cosas lentamente, yo salgo con la noticia de que podemos quedarnos y ahí vendemos 3 vinchas que nos ayudan a comer y a hospedarnos por ese día en Uyuni.
Como si las buenas noticias ya no habían sido muchas de repente aparecen: Alfredo y Loredana con kia su perrita cachorra. Después de hablar un rato acordamos partir al otro día tempranito al inmenso salar. A las 9 estábamos juntándonos donde habíamos arreglado con la buena nueva que vendrían Ali y Ale con quienes también compartiríamos los gastos del día y el viaje se haría mucho más interesante.
Emprendimos viaje de ripio hasta el salar de 12.000 km cuadrados. Montañas de sal, una inmensidad agobiante, un horizonte escondido.
Sin caminos en el salar sino muchas huellas de 4x4 mezcladas que se perdían, decidimos parar y esperar que pase un tour y nos guie a algún lugar. Ya regresando, una 4x4 se para a nuestro lado, eran los 3 amigos con quienes compartimos experiencia de frontera boliviana. Fotos y saludos cargados de buena energía para seguir. Ellos siguen su tour y nosotros subimos volando a la chancha cuando vemos otro de los tours que se adentra en el salar. Llegamos a la isla Inca Huasi o isla del pescado y decidimos elegir ese lugar para almorzar. Un almuerzo de arroz y verduras que se hizo rogar varias horas pero llego a tiempo. Bastante tarde partimos al pueblo Llica que se dejo ver detrás de unas montañas cuando el manto blanco de sal desaparecía.
Con Alfredo y Loredana dormiríamos en un hostal de Llica y cenaríamos pollo, arroz y papas fritas en un comedor de ahí cerca. Ale y Ali emprenderían una caminata nocturna y larga para el salar donde armarían su carpa para pasar la noche. Los acompañamos un rato por el camino que conducía al salar hasta que los vimos desaparecer en medio de la noche y de algunas estrellas que no eran tapadas por las nubes. Ahí nos quedamos un rato a oscuras contemplando el cielo. Al otro día despertamos 6 am, emprendimos regreso y vivimos el amanecer en el mismisimo salar de Uyuni, Piletas y el volcán que nos observaba mientras nos acercábamos. Para terminar el recorrido después de dejar de estar perdidos por un rato aparecimos en uno de los hoteles de sal más caros, pero más hermosos: esculturas de sal, todo hecho casi 100 % por sal, el piso que crujía al pisarlo y dejaba nuestras huellas, era realmente de fabula. El chico que lo atendía viajaría a Buenos Aires para trabajar allí por un tiempo.
Después de unas 6 horas llegamos a la ciudad de Uyuni, Alfredo Y Loredana nos mostraban sus bellos trabajos artesanales. Quedamos realmente impresionados por su originalidad, imaginación y dedicación. Nos despedimos de ellos que partían hacia Oruro en la noche y nosotros hacia el increíble Potosí con el punto peruano de macrame aprendido y con el incentivo que hacía falta para tallar y crear.
El famoso banner saliendo al ruedo. Gracias Oscar y familia rodante!!!!!
Kia
Por fin en Llica. Arriba, Ale (frances), Ali (Colombiana), Pachacute (Peruano), abajo Pato, Naty, Lore (Italiana) y Kia. Que equipo!
Amanece en Uyuni
Hotel del Sal
Grandes artesanos, grandes amigos
Capitulo 6 bis: El camino sigue igual después de un amanecer salado y mas posos y mas serruchito destructor. Después de 3 horas de viaje paramos en Rio Mulato donde preguntamos cuanto falta para Potosi y un hombre muy amable empieza a contar las horas…5. 6 …mmmm no 7 horas. Nos habíamos equivocado de camino, en vez de ir recto dimos una vuelta enorme que alargaría mas del doble el camino real y para coronar los amortiguadores sacaron bandera roja. Los dos rotos nuevamente. Al equivocar el camino, el cansancio y la chancha nos hicieron buscar un lugar para pasar la noche. Entramos a un alojamiento con restaurant. Sale una nena a quien le preguntamos cuanto sale la noche y nos dice que va a llamar a sus padres. Se escucha un grito de llamado que dice : MA ¡!!GRINGOSSS ¡!. Ya con nuevo título, después de unos minutos aparece el señor quien nos dice que el hospedaje salía 60 bolivianos, el doble que cualquier pueblo. Así es que salimos y preguntamos por otro hospedaje. En la misma cuadra llegamos a lo de Marta, que nos cobra 30 bolivianos por la pieza, guardar la camio que ahora es bagoneta con desayuno incluido.
A la mañana, antes de salir, un hombre que había renunciado a su trabajo de manejo de un tractor en la mina del pueblo, nos pregunta si podemos alcanzarlo a el y a su familia para el lado de Oruro. Asi, con el : Jorge, su mujer Cintia y su hijo Jorge o “coquito” de 3 años emprendimos viaje. Pasamos por el lugar donde , según Jorge, se hace la cerveza más rica de Bolivia: HUARY y después de un tiempo por Challapata: El pueblo sin ley. Resulta que a este pueblo entran autos sin papales, CHUTOS, para los bolivianos.. Así andan por las calles: sin patente. Autos lujosos que se venden a menos de 4000 dólares, que solo pueden transitar por Challapata y sus alrededores. A partir del gobierno de Evo Morales estos autos ya no pueden nacionalizarse por lo cual son desarmados y vendidas sus partes, siendo un gran negocio para la mayor parte de la gente del pueblo.
A la mañana, antes de salir, un hombre que había renunciado a su trabajo de manejo de un tractor en la mina del pueblo, nos pregunta si podemos alcanzarlo a el y a su familia para el lado de Oruro. Asi, con el : Jorge, su mujer Cintia y su hijo Jorge o “coquito” de 3 años emprendimos viaje. Pasamos por el lugar donde , según Jorge, se hace la cerveza más rica de Bolivia: HUARY y después de un tiempo por Challapata: El pueblo sin ley. Resulta que a este pueblo entran autos sin papales, CHUTOS, para los bolivianos.. Así andan por las calles: sin patente. Autos lujosos que se venden a menos de 4000 dólares, que solo pueden transitar por Challapata y sus alrededores. A partir del gobierno de Evo Morales estos autos ya no pueden nacionalizarse por lo cual son desarmados y vendidas sus partes, siendo un gran negocio para la mayor parte de la gente del pueblo.
Con Marta en la puerta de su hospedaje de Rio Mulato.
Por fin comienza el camino de asfalto a Potosi y en 4 horas llegamos a una de la ciudad que supo ser la más rica del mundo.
La Ciudad de Potosi y su famoso Cerro Rico
De Noche.
“Dicen que hasta las herraduras de los caballos eran de plata en la época del auge de la ciudad de potosí. De plata eran los altares de las iglesias y las alas de los querubines en las procesiones: en 1658, para la celebración de Habeas Christi, las calles de la ciudad fueron desempedradas, desde la matriz hasta la iglesia de Recoletos, totalmente cubiertas con barras de plata. En Potosí la plata levanto templos y palacios, monasterios y garitos, ofreció motivo a la tragedia y a la fiesta, derramo la sangre y el vino, encendió la codicia y desato el despilfarro y la aventura. La espada y la cruz marchaban juntas en la conquista y en el despojo colonial. Para arrancar la plata de América, se dieron cita en potosí os capitanes y las ascetas, los caballeros de lidia y los apóstoles, los soldados y los frailes, convertida en piñas y lingotes, las vísceras del cerro rico alimentaron sustancialmente el desarrollo de Europa. “Vale un Perú” fue el elogio máximo de las personas o a las cosas desde que Pizarro se hizo dueño del Cuzco, pero a partir del descubrimiento del cerro, Don Quijote de la Mancha habla con otras palabras: “Vale un Potosí”, advierte a Sancho. Vena yugular del Virreinato, manantial de la plata de América, Potosí contaba con 120.000 habitantes según el censo de 1573. Solo veintiocho años habían transcurrido desde que la ciudad brotara entre los páramos andinos y ya tenía, como por arte de magia, la misma población que Londres y mas habitantes que Sevilla, Madrid, Roma o Paris. Hacia 1650, un nuevo censo adjudicaba a potosí 160.000 habitantes. Era una de las ciudades más grandes y más ricas del mundo, diez veces más habitada que Boston, en tiempos en que Nueva York ni siquiera había empezado a llamarse así. La historia de Potosí no había nacido con los españoles. Tiempos antes de la conquista, el inca Huayna Capac había oído hablar a sus vasallos del Sumaj Orko, el cerro hermoso, y por fin pudo verlo cuando se hizo llevar, enfermo, a las termas de Tarapaya. Desde las chozas pajizas del pueblo de Cantiumarca, los ojos del inca contemplaron por primera vez aquel cono perfecto que se alzaba, orgulloso, por entre las altas cumbres de las serranías. Quedo estupefacto. Las infinitas tonalidades rojizas, la forma esbelta y el tamaño gigantesco del cerro siguieron siendo motivo de admiración y asombro en los tiempos siguientes. Pero el inca había sospechado que en sus entrañas debía albergar piedras preciosas y ricos metales, y había querido sumar nuevos adornos al templo del sol en el Cuzco. El oro y la plata que los incas arrancaban en las minas de Colque Porco y Andacava no salían de los límites del reino: No servían para comerciar sino para adorar a los dioses. No bien los mineros indígenas clavaron sus pedernales en los filones de plata del cerro hermoso, una voz cavernosa lo derribo. Era una voz fuerte como el trueno, que salía de las profundidades de aquellas breñas y decía, en quechua: “no es para ustedes; Dios reserva estas riquezas para los que vienen de mas allá “. Los indios huyeron despavoridos y el Inca abandono el cerro. Antes, le cambio el nombre. El cerro paso a llamarse Potojsí, que significa: Truena, revienta, hace explosión”
“Los que vienen de mas allá” no demoraron mucho en aparecer. Los capitanes de la conquista se abrían paso. Huayna Capac ya había muerto cuando llegaron…en 1545 el indio Hualpa corría tras las huellas de una llama fugitiva y se vio obligado a pasar la noche en el cerro. Para no morirse de frio hizo fuego. La fogata alumbro una hebra y brillante. Era plata pura. Se desencadeno a avalancha española. El emperador Carlos V dio prontas señales de gratitud otorgando a Potosí el titulo de Villa Imperial y un escudo con esta inscripción: “Soy el rico Potosí, del mundo, soy el tesoro, soy el rey de los montes y envidia soy de los reyes”. Apenas once años después del hallazgo de Huallpa, ya la recién nacida Villa Imperial celebraba la coronación de Felipe II con festejos que duraron veinticuatro días y costaron ocho millones de pesos fuertes. Llovían los buscadores de tesoros sobre el inhóspito paraje. El cerro, a casi 5000 metros de altura, era el más poderoso de los imanes pero a sus pies la vida resultaba dura inclemente: se pagaba el frio como si fuera impuesto y en un abrir y cerrar de ojos una sociedad rica y desordenada broto, en Potosí, junto con la plata. Auge y turbulencia metal: Potosí paso a ser “el nervio principal del reino” según lo definirá el virrey Hurtado de Mendoza. A comienzos del siglo XVII, ya la ciudad contaba con treinta y seis iglesias espléndidamente ornamentadas, otras tantas casas de juego y catorce escuelas de baile. Los salones, los teatros y los tablados para las fiestas lucían siquisimos tapices, cortinajes, blasones y obras de orfebrería; de los balcones de las casas colgaban damascos coloridos y lamas de oro y plata.
La sedas y los tejidos venían de Granada, Flandes y Calabria; los sombreros de Paris y Londres; los diamantes de Celian; las piedras preciosas de la India; las perolas de Panamá; las medias de Nápoles; los cristales de Venecia; las alfombras de Persia; los perfumes de Arabia, y la porcelana de China. Las damas brillaban la pedrería, diamantes, y rubíes y perlas, y los caballeros ostentaban finísimos paños bordados de Holanda. A la lidia de toros seguían los juegos de sortija y nunca faltaban los duelos al estilo medieval, lances de amor y de orgullo, con cascis de hierro empedrados de esmeraldas y de vistosos plumajes, sillas, estribos de filigrana de oro, espadas de Toledo y potros chilenos enjaezados a todo lujo.
En 1579, se quejaba el oidor Matienzo: “Nunca faltan – decía – novedades, desvergonzadas y atrevimientos” por entonces ya había en Potosí ochocientos tahúres profesionales y ciento veinte prostitutas celebres, a cuyos resplandecientes salones concurrían los mineros ricos. En 1608, Potosí festejaba las fiestas del santísimo sacramente con seis días de comedias y seis noches de mascaras, ocho días de toros y tres de saraos, dos de torneos y otros de fiesta.”
“[…] Aquella sociedad Potosina, enferma de ostentación y despilfarro, solo dejo a Bolivia la vaga memoria de sus esplendores, las ruinas de sus iglesias y palacios, y ocho millones de cadáveres de indios. Cualquiera de los diamantes incrustados en el escudo de un caballero rico valía mas, al fin y al cabo lo que un indio podía ganar en toda su vida de mitayo, pero el caballero se fugo con los diamantes, Bolivia, hoy uno de los países más pobres del mundo, podría jactarse- si ello no le resultara patéticamente inútil – de haber nutrido la riqueza de los países más ricos. En nuestros días, Potosí es una pobre ciudad de la pobre Bolivia: “la ciudad que más ha dado al mundo y la que menos tiene”, como me dijo una vieja señora potosina, envuelta en un kilométrico chal de lana de alpaca, cuando conversamos ante el patio andaluz de su casa de dos siglos. Esta ciudad condenada a la nostalgia, atormentada por la miseria y el frio, es todavía una herida abierta del sistema colonial en América: una acusación. El mundo tendría que empezar por pedirle disculpas”
Las Venas Abiertas de América Latina. Eduardo Galeano
“Dicen que hasta las herraduras de los caballos eran de plata en la época del auge de la ciudad de potosí. De plata eran los altares de las iglesias y las alas de los querubines en las procesiones: en 1658, para la celebración de Habeas Christi, las calles de la ciudad fueron desempedradas, desde la matriz hasta la iglesia de Recoletos, totalmente cubiertas con barras de plata. En Potosí la plata levanto templos y palacios, monasterios y garitos, ofreció motivo a la tragedia y a la fiesta, derramo la sangre y el vino, encendió la codicia y desato el despilfarro y la aventura. La espada y la cruz marchaban juntas en la conquista y en el despojo colonial. Para arrancar la plata de América, se dieron cita en potosí os capitanes y las ascetas, los caballeros de lidia y los apóstoles, los soldados y los frailes, convertida en piñas y lingotes, las vísceras del cerro rico alimentaron sustancialmente el desarrollo de Europa. “Vale un Perú” fue el elogio máximo de las personas o a las cosas desde que Pizarro se hizo dueño del Cuzco, pero a partir del descubrimiento del cerro, Don Quijote de la Mancha habla con otras palabras: “Vale un Potosí”, advierte a Sancho. Vena yugular del Virreinato, manantial de la plata de América, Potosí contaba con 120.000 habitantes según el censo de 1573. Solo veintiocho años habían transcurrido desde que la ciudad brotara entre los páramos andinos y ya tenía, como por arte de magia, la misma población que Londres y mas habitantes que Sevilla, Madrid, Roma o Paris. Hacia 1650, un nuevo censo adjudicaba a potosí 160.000 habitantes. Era una de las ciudades más grandes y más ricas del mundo, diez veces más habitada que Boston, en tiempos en que Nueva York ni siquiera había empezado a llamarse así. La historia de Potosí no había nacido con los españoles. Tiempos antes de la conquista, el inca Huayna Capac había oído hablar a sus vasallos del Sumaj Orko, el cerro hermoso, y por fin pudo verlo cuando se hizo llevar, enfermo, a las termas de Tarapaya. Desde las chozas pajizas del pueblo de Cantiumarca, los ojos del inca contemplaron por primera vez aquel cono perfecto que se alzaba, orgulloso, por entre las altas cumbres de las serranías. Quedo estupefacto. Las infinitas tonalidades rojizas, la forma esbelta y el tamaño gigantesco del cerro siguieron siendo motivo de admiración y asombro en los tiempos siguientes. Pero el inca había sospechado que en sus entrañas debía albergar piedras preciosas y ricos metales, y había querido sumar nuevos adornos al templo del sol en el Cuzco. El oro y la plata que los incas arrancaban en las minas de Colque Porco y Andacava no salían de los límites del reino: No servían para comerciar sino para adorar a los dioses. No bien los mineros indígenas clavaron sus pedernales en los filones de plata del cerro hermoso, una voz cavernosa lo derribo. Era una voz fuerte como el trueno, que salía de las profundidades de aquellas breñas y decía, en quechua: “no es para ustedes; Dios reserva estas riquezas para los que vienen de mas allá “. Los indios huyeron despavoridos y el Inca abandono el cerro. Antes, le cambio el nombre. El cerro paso a llamarse Potojsí, que significa: Truena, revienta, hace explosión”
“Los que vienen de mas allá” no demoraron mucho en aparecer. Los capitanes de la conquista se abrían paso. Huayna Capac ya había muerto cuando llegaron…en 1545 el indio Hualpa corría tras las huellas de una llama fugitiva y se vio obligado a pasar la noche en el cerro. Para no morirse de frio hizo fuego. La fogata alumbro una hebra y brillante. Era plata pura. Se desencadeno a avalancha española. El emperador Carlos V dio prontas señales de gratitud otorgando a Potosí el titulo de Villa Imperial y un escudo con esta inscripción: “Soy el rico Potosí, del mundo, soy el tesoro, soy el rey de los montes y envidia soy de los reyes”. Apenas once años después del hallazgo de Huallpa, ya la recién nacida Villa Imperial celebraba la coronación de Felipe II con festejos que duraron veinticuatro días y costaron ocho millones de pesos fuertes. Llovían los buscadores de tesoros sobre el inhóspito paraje. El cerro, a casi 5000 metros de altura, era el más poderoso de los imanes pero a sus pies la vida resultaba dura inclemente: se pagaba el frio como si fuera impuesto y en un abrir y cerrar de ojos una sociedad rica y desordenada broto, en Potosí, junto con la plata. Auge y turbulencia metal: Potosí paso a ser “el nervio principal del reino” según lo definirá el virrey Hurtado de Mendoza. A comienzos del siglo XVII, ya la ciudad contaba con treinta y seis iglesias espléndidamente ornamentadas, otras tantas casas de juego y catorce escuelas de baile. Los salones, los teatros y los tablados para las fiestas lucían siquisimos tapices, cortinajes, blasones y obras de orfebrería; de los balcones de las casas colgaban damascos coloridos y lamas de oro y plata.
La sedas y los tejidos venían de Granada, Flandes y Calabria; los sombreros de Paris y Londres; los diamantes de Celian; las piedras preciosas de la India; las perolas de Panamá; las medias de Nápoles; los cristales de Venecia; las alfombras de Persia; los perfumes de Arabia, y la porcelana de China. Las damas brillaban la pedrería, diamantes, y rubíes y perlas, y los caballeros ostentaban finísimos paños bordados de Holanda. A la lidia de toros seguían los juegos de sortija y nunca faltaban los duelos al estilo medieval, lances de amor y de orgullo, con cascis de hierro empedrados de esmeraldas y de vistosos plumajes, sillas, estribos de filigrana de oro, espadas de Toledo y potros chilenos enjaezados a todo lujo.
En 1579, se quejaba el oidor Matienzo: “Nunca faltan – decía – novedades, desvergonzadas y atrevimientos” por entonces ya había en Potosí ochocientos tahúres profesionales y ciento veinte prostitutas celebres, a cuyos resplandecientes salones concurrían los mineros ricos. En 1608, Potosí festejaba las fiestas del santísimo sacramente con seis días de comedias y seis noches de mascaras, ocho días de toros y tres de saraos, dos de torneos y otros de fiesta.”
“[…] Aquella sociedad Potosina, enferma de ostentación y despilfarro, solo dejo a Bolivia la vaga memoria de sus esplendores, las ruinas de sus iglesias y palacios, y ocho millones de cadáveres de indios. Cualquiera de los diamantes incrustados en el escudo de un caballero rico valía mas, al fin y al cabo lo que un indio podía ganar en toda su vida de mitayo, pero el caballero se fugo con los diamantes, Bolivia, hoy uno de los países más pobres del mundo, podría jactarse- si ello no le resultara patéticamente inútil – de haber nutrido la riqueza de los países más ricos. En nuestros días, Potosí es una pobre ciudad de la pobre Bolivia: “la ciudad que más ha dado al mundo y la que menos tiene”, como me dijo una vieja señora potosina, envuelta en un kilométrico chal de lana de alpaca, cuando conversamos ante el patio andaluz de su casa de dos siglos. Esta ciudad condenada a la nostalgia, atormentada por la miseria y el frio, es todavía una herida abierta del sistema colonial en América: una acusación. El mundo tendría que empezar por pedirle disculpas”
Las Venas Abiertas de América Latina. Eduardo Galeano
Desde el gobierno de Evo paulatinamente va cambiando la realidad minera de Bolivia ya que una buena parte de ellas está en manos del estado o de las comunidades que viven en la región (cooperativas), quienes explotan las minas trabajando en ellas. En este último tiempo se mejoraron los sueldos de los trabajadores. Considerando que la expectativa de vida de una persona que trabaja en la mina es de 35 o 40 años debido a la inhalación constante de polvo que carcome sus pulmones produciendo la muerte por Silicosis, no hay sueldo que este a la altura.
El salario de los mineros depende de la cantidad de mineral que extraigan de la roca a punta de pico, pala y dinamita, no por horas de trabajo. En la época que los Españoles explotaban la mina, para que los esclavos trabajen, crearon una figura demoniaca y decían que representaba al dios de la mina, sino trabajaban el, los asesinaría en medio de una explosión o un derrumbe. Como gran parte de los esclavos eran aborígenes y en quechua la letra D no existe ellos lo llamaron Tio. Hoy en dia en todas las minas hay una figura del Tio al cual los mineros homenajean diariamente dejando hojas de Coca, Tabaco y alcohol para que les provea buenas vetas con minerales y no sufran accidentes ni queden atrapados en las cuevas oscuras. Según los mineros afuera de la mina esta Dios y adentro de la tierra manda Diablo (El Tio). Dos veces al año se da una ofrenda al Tio que consiste en sacrificar una llama o mas y derramar su sangre a la puerta de la mina, para que el Tio bajo tierra se sacie. La carne es asada entre piedras y leña, terminando la festividad entre banquetes y bailes. En Febrero todos los mineros participan del carnaval con escenografías bien diagramadas haciendo los movimientos del minero en un baile que disfruta todo el pueblo vestido de fiesta. La idea de saber que la vida de cada minero va a terminar tempranamente, llena de tristeza, pero mas terrible es saber que hoy en día hay cientos de niños que ahí trabajan. The devil’s minner (el diablo minero) es un documental sobre Basilio que sale a trabajar con 10 años y mantiene a su familia calzando el casco, el pico y la pala que lo encontraran en otro mundo. Tuvimos la oportunidad de conocer a Fredy, quien también participo en otro documental sobre las minas cuando tenía 10 años también. Hoy Fredy dejo las minas y se queda justo debajo del cerro rico esperando que llegue algún turista como nosotros que quiera conocer de sus vidas y de ese lugar tan amado por muchos y tan temible por otros. En principio solo queríamos conocer el museo diego huasi, pero nos enteramos que esta cerrado hace 12 años por movidas burocráticas. Fredy quería llevarnos pero nosotros queríamos desistir por el hecho de no querer molestar a los mineros que hacen su trabajo y que pueden pensar que se los ve como un atractivo turístico. Terminamos entrando con botas y casco aunque fredy sin protección y a unos 1500 metros hacia adentro nos esperaba un pequeño museo instalado desde el momento en que el otro museo cerro sus puertas. Así Fredy nos conto la historia de Potosí y su historia que hoy se abre camino con el sueño de abrir una agencia de turismo con Basilio, llamada: Los mineritos.
El salario de los mineros depende de la cantidad de mineral que extraigan de la roca a punta de pico, pala y dinamita, no por horas de trabajo. En la época que los Españoles explotaban la mina, para que los esclavos trabajen, crearon una figura demoniaca y decían que representaba al dios de la mina, sino trabajaban el, los asesinaría en medio de una explosión o un derrumbe. Como gran parte de los esclavos eran aborígenes y en quechua la letra D no existe ellos lo llamaron Tio. Hoy en dia en todas las minas hay una figura del Tio al cual los mineros homenajean diariamente dejando hojas de Coca, Tabaco y alcohol para que les provea buenas vetas con minerales y no sufran accidentes ni queden atrapados en las cuevas oscuras. Según los mineros afuera de la mina esta Dios y adentro de la tierra manda Diablo (El Tio). Dos veces al año se da una ofrenda al Tio que consiste en sacrificar una llama o mas y derramar su sangre a la puerta de la mina, para que el Tio bajo tierra se sacie. La carne es asada entre piedras y leña, terminando la festividad entre banquetes y bailes. En Febrero todos los mineros participan del carnaval con escenografías bien diagramadas haciendo los movimientos del minero en un baile que disfruta todo el pueblo vestido de fiesta. La idea de saber que la vida de cada minero va a terminar tempranamente, llena de tristeza, pero mas terrible es saber que hoy en día hay cientos de niños que ahí trabajan. The devil’s minner (el diablo minero) es un documental sobre Basilio que sale a trabajar con 10 años y mantiene a su familia calzando el casco, el pico y la pala que lo encontraran en otro mundo. Tuvimos la oportunidad de conocer a Fredy, quien también participo en otro documental sobre las minas cuando tenía 10 años también. Hoy Fredy dejo las minas y se queda justo debajo del cerro rico esperando que llegue algún turista como nosotros que quiera conocer de sus vidas y de ese lugar tan amado por muchos y tan temible por otros. En principio solo queríamos conocer el museo diego huasi, pero nos enteramos que esta cerrado hace 12 años por movidas burocráticas. Fredy quería llevarnos pero nosotros queríamos desistir por el hecho de no querer molestar a los mineros que hacen su trabajo y que pueden pensar que se los ve como un atractivo turístico. Terminamos entrando con botas y casco aunque fredy sin protección y a unos 1500 metros hacia adentro nos esperaba un pequeño museo instalado desde el momento en que el otro museo cerro sus puertas. Así Fredy nos conto la historia de Potosí y su historia que hoy se abre camino con el sueño de abrir una agencia de turismo con Basilio, llamada: Los mineritos.
En ese lugar las sonrrisas brillan por su ausencia... hasta en las fotos.
Con Freddy
La casa de la Moneda, hoy museo.
Jorge, Cintia y su pequeño diablito, como ellos lo llamaban, nos hicieron sentir como en casa, nos cocinaron ricas comidas: chorizo de llama, su arroz y tomamos ricas meriendas y desayunos durante los seis días que paramos a dormir en la puerta de su casa con ducha bien caliente. No nos dejaron hacer nada en la estadía, todo era agasajo para nosotros. Jorge nos ayudo a conseguir mecánico de confianza, buenos amortiguadores y su primo chapista arreglo la puerta de atrás que se negaba a abrir. Nos hicieron conocer toda la ciudad, los rincones más bellos, subimos a la confitería más alta y la noche anterior a salir a Sucre comimos todos un rico menú de pollo broadster que es pollo frito con ensalada, papas y arroz … Exquisito!
Jorge, Cintia y Coquito
Después de un rico desayuno con huevo frito incluido salimos a sucre. A la media hora de ruta la palanca de cambio no responde, mientras Naty calentaba el agua para el mate Pato desarma la palanca e intenta arreglarla. El estudiante técnico del Huergo arregla la palanca de cambio!!! Y así podemos seguir viaje a una nueva parada.
Entrando a las afueras de Sucre: casas de barro, mucho campo, explota mayormente la agricultura, se ven sus campos sembrados y muchos campesinos en la cosecha. 15 kilómetros más nos hacen encontrar con la ciudad. Colonial, carteles en hierro, calles bien angostas, algunas muy empinadas, tanto que son de puro escalón, y la mayoría de las casas pintadas de blanco, como decía Cintia… todas bien blanquesiiiiitas. Sucre es cálido, ya deja de hacer ese frio punzante de la bella pero congelada Potosí, y todo se llena cada vez mas de historia. Fachada similar a la de potosí pero con mucho mas cemento nos va llevando por cada rincón buscando un lugar para pasar la noche ya que acá tampoco podríamos dormir en la calle. Casi dos horas buscando precios que no variaban demasiado y los que se adaptaban al bolsillo no tenían estacionamiento, asique de nuevo a buscar. Cuando nos decidimos ya no había lugar en el que habíamos elegido. Nada es imposible asique conseguimos un hostal cerca de la terminal y cenamos mas pollo para variar con una pizza que sacaba algunos antojos de falta de muzza.
Como en todas las ciudades y pueblos de Bolivia, nadie oculta lo que vende porque todo absolutamente todo se compra en la calle. Se mezclan yogurt con pilas AA de oferta en un mismo puesto y uno al ladito del otro forman un perfecto embotellamiento en la vereda que se repite en la calle. Por suerte los peatones no tienen bocinas porque sino las tocarían insaciablemente como lo hace todo vehículo con cuatro o más ruedas que transita las angostas y empinadas calles de Sucre.
Como en todas las ciudades y pueblos de Bolivia, nadie oculta lo que vende porque todo absolutamente todo se compra en la calle. Se mezclan yogurt con pilas AA de oferta en un mismo puesto y uno al ladito del otro forman un perfecto embotellamiento en la vereda que se repite en la calle. Por suerte los peatones no tienen bocinas porque sino las tocarían insaciablemente como lo hace todo vehículo con cuatro o más ruedas que transita las angostas y empinadas calles de Sucre.
El Mercado de Sucre
Para Compensar ya que de Sucre solo teniamos fotos de Naty.
Proximamente "Peluca latina" lanzo disco
La foto sigue inclinada.
Para ir de Sucre a la cuidad de Oruro pasamos nuevamente por Potosi. A 20 km de Potosi y antes de llegar a un pueblo llamado Miraflores sobre un cerro esta el Ojo del Inca. Un pozo de agua enorme en medio de la montaña con agua termal. Hace muchos años fua un volcan que hizo erupcion y desde entonces quedo eternamente el ojo de agua caliente. A pesar del frio no resistimos la tentacion e hicimos chapuzon a la noche y a la mañana. Sobredosis de agua para los viajeros que bastante falta les hacia.
Proximamente mas camino sobre la hermana tierra Boliviana !
Hola Chicos!!! Sigo facinada con su viaje. Es increible las cosas que uno ignora. Espero anciosamente mas noticias suyas.
ResponderEliminarBesos apachurrados como dicen uds. ahora
Carito
Que grosooo!!! Los felicitamo y envidiamos... mucho mucho!!!
ResponderEliminarSigan así, los queremos, y tenemos un lugar reservado en nuestro corazon, para cuando vuelvan... !!!
Mis amores, como estamos aprendiendo con lo que cuentan, me gusto mucho,,sigo sin compu,estoy en la de Aris y como los quiero mas que mucho hice el sacricifio de subir. Creo que Fede si cumple la voy a ver de la mia la semana que viene. Felicitaciones por la linda experiencia.
ResponderEliminarUn abrazo grande y todo mi cariño a los dos
Hola hermosooooooossss!!!! que lindoooo! hoy me puse al dia con todos sus anecdotas jajja me matan, me hacen morir de la risa y me hace muy feliz verlos como estan disfrutando y todo lo que estan conociendo!Escribo como anonima porque no tengo suerte con esto de generar una cuenta jja ahh sisis en arcor sigo! jajaja Pato me matasss jaja quiero tu lanzamiento disco! Naty que lindo leerte y verte con esa dulzura amiga que te caracteriza! como te quiero!! eyyy cheee como que no se saludaron para los 3 años y 3 mese??? eyyy eyyy se pudre todo! jajaj esperro mas noticias de uds, los quiero con el alma. Ana Laura
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