Pero ya había pasado esa casilla negra del monopoli dos veces: una vez en la entrevista para la sacar la visa después de llenar el cuestionario si era terrorista, reclutadora de niños para la guerra o productora de semillas transgenicas....ah no esa no estaba. Y la segunda, la primera vez que pasamos a ee.uu, donde me habían atendido unos tipos un poco mas copados que la doña que solo hicieron incapie en si teníamos hierbas medicinales. Mientras, nos hacían esperar adentro de un trailer blanco sin ventanas convertido en sala de espera sin ni siquiera una musiquita de los 80´. A los 10 minutos nos íbamos cantando bajito juntando del sopi de la chancha algunos objetos que dejaron tirados como el frasco de pimienta blanca.
Esta ultima vez ni una mínima revisacion. Solo las preguntas incisivas de una oficial que parecía descontenta con algo mas que 2 argentinos en una camioneta japonesa que ya ni existe en USA. Era complicado explicarle que hace un año estuve entre Mexico, ee.uu y Argentina, y que se me rompió el motor en el país mas caro del mundo, en el de ella y no solo eso sino que lo mas poco creíble era que a pesar de todo lo había arreglado.No recuerdo que fue pero algo le gusto y de la comisura izquierda del labio esbozó una sonrisa mínima que escatimo alegría en un 80 porciento. El otro 20 lo dejo entre la duda y la certeza de que algo bien habíamos dicho. De un momento a otro como si la hubiera invadido un sumenage paso de creer que queríamos trabajar en un mc donalds a invitarnos a la oficina a estampar los pulgares en su registro migratorio. Obviamente confundí el pulgar izquierdo con el derecho. Que por cierto cada vez que entramos a ee.uu nos piden lo mismo.Y yo que pensaba que quedaba todo registrado.
Cuando me fui la recorde. Era ella.
en que frontera sucedio esto?
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